Francisco Leiva Mella fue dibujante del Instituto Geográfico Militar. Él donó en 1976 diez láminas que ilustran los uniformes usados por los soldados durante la Independencia de Chile y la Batalla de Yerbas Buenas, que fueron parte de la exhibición permanente del Museo hasta 2006.
Bajo el seudónimo de Leifranc, Leiva consideró este conjunto como un "arte documental" que ayudaría a:
"… emerger las figuras legendarias de héroes, para reconocimiento, admiración y gratitud del culto hombre del presente, e incentivo y ejemplo a los estudiantes. Que este sincero legado, entregado a las autoridades aquí presentes en este templo de la historia, llegue en armonía a las futuras generaciones, para gloria de los aguerridos soldados que comandaron los insignes jefes militares" (Leiva, Discurso: 1976).
Con el fin de mostrar la "abnegación y valentía" (Leiva, Discurso: 1976) con que lucharon ambos bandos, el autor representó el uniforme del ejército realista regido según el reglamento de 1768, que creó el gobernador Manuel de Amat y Juniet.
Mediante una reforma realizada en 1778, el gobernador de Chile Agustín de Jáuregui y Aldacoa reorganizó las fuerzas en batallones veteranos o de línea y milicias. A cada uno de estos cuerpos les asignó un uniforme, dotación y ubicación geográfica según la necesidad de defensa y seguridad nacional.
En las láminas se aprecia el uso del blanco, azul y rojo, predominantes en Europa en el siglo XVIII. El uniforme castrense en Chile y gran parte de América Latina tomó esos colores que reflejaban la unidad y disciplina de los ejércitos modernos.
Los patriotas también los usaron, aunque el más recordado es el negro utilizado por los Húsares y su reconocido combatiente Manuel Rodríguez Erdoíza.