La intervención de la virgen niña del Museo Histórico de Yerbas Buenas, se realizó en 2011 sobre la base de rigurosas pruebas tecnológicas del Laboratorio de Escultura y Monumentos del Centro Nacional de Conservación y Restauración, que incluyeron el uso de rayos X y fluorescencia UV.
El análisis radiográfico permitió confirmar que los clavos de menor tamaño no cumplían una función específica, por lo que se justificaba su eliminación, mientras que los de forja mayor sujetaban los brazos, por lo que no se mantuvieron.
Las imágenes de fluorescencia demostraron que los estratos dañados de la policromía se encontraban en relativa estabilidad, sin peligro de desprendimientos en capas pictóricas, bases de preparación o material de soporte.
Superficialmente se encontraba muy modificada, con reintegraciones cromáticas en el rostro sobre el soporte de madera para atenuar los faltantes de base o policromía.
El cabello de la peluca estaba muy reseco, con exceso de adhesivo de contacto, con constantes pérdidas y desprendimientos.