Himno a la Victoria de Yerbas Buenas
La Sorpresa de Yerbas Buenas promovió un fervor profundo por la causa libertaria, tanto así que fue inspirador para el primer Himno Nacional que tuvo la naciente Patria, así es como el 2 de mayo de 1813, se cantó en la Catedral de Santiago, el "Himno a Yerbas Buenas", que en su coro dice:
"Salve, Patria adorada,
amable, encantadora
el corazón te adora
como a su gran deidad"
Afortunadamente esta reliquia de nuestras marchas militares, se conserva hasta hoy, considerándosele, con justicia el primer Canto Nacional, pues en esa calidad se le entonó en todas las ceremonias cívico-militares de los años 1913 y 1914.
La Musicalización del Himno destaca, dentro del trabajo realizado por Aurelia Savi Federicci, pianista chilena, galardonada con el Premio Nacional de Artes Musicales en 1998. Quien se dedicó con ahínco al estudio de las obras de los compositores chilenos, sentenciando" Son voces de esta tierra que le dan respuestas a sus valores espirituales en el sentido más profundo de la palabra".
El manuscrito de este himno se encuentra en la Biblioteca de la Catedral de Santiago.