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La presencia de la señora Marta Martínez Cruz en Yerbas Buenas

Cápsulas de la memoria

La presencia de la señora Marta Martínez Cruz en Yerbas Buenas

Publicado el 14/01/2021
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Esta semana compartiremos con ustedes la biografía y obra de esta gran educadora a través de los testimonios de las primeras egresadas de la Escuela Agrícola Superior Femenina de Yerbas Buenas y de un compañero de trabajo de esos años don José Rebolledo.

Esta semana compartiremos con ustedes la biografía y obra de esta gran educadora a través de los testimonios de las primeras egresadas de la Escuela Agrícola Superior Femenina de Yerbas Buenas y de un compañero de trabajo de esos años don José Rebolledo.

Marta Martínez Cruz, fundadora de la Escuela Agrícola Femenina de Yerbas Buenas, es oriunda de Quillén, pueblo cercano a Lautaro, región de la Araucanía, hija mayor de Carlos y Corina, agricultores conocidos en la zona. Comenzó sus estudios en Lautaro, donde destacó desde los primeros años por sus altas calificaciones y por su facilidad para relacionarse con sus compañeras.

Dentro del seno familiar ya mostraba sus cualidades y aptitudes, "En una ocasión tenían tanto cebollino sin vender y ella con desenvoltura tomó una cantidad y la vendió, y luego otra y otra hasta terminar con la producción", ya se estaba fraguando su orientación matemático-agrícola, disciplinas que la llevarán a quedar en los registros históricos de nuestro país y en los recuerdos de las comunidades de las que formó parte en el transcurso de su vida.

Un vez terminada su preparatoria se traslada a la capital para ingresar al Liceo N°3 de Santiago, posteriormente ingresa al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Allí conoció a muchas de sus amistades que a través de los años siempre cultivó, entre ellas Emma Jauch, escritora y pintora, esposa de Pedro Olmos, también pintor y poeta linarense, quienes en los años venideros formarían parte del cuerpo docente de la Escuela que hoy lleva el nombre de la señora Marta.

"Su gran corazón y generosidad se hacía notar, estaba dotada de una gran sencillez, tanto en su manera de ser, de vestir y todos sus actos, lo que la hacía distinguirse de entre sus pares"

En 1941 recibió el título de profesora de matemáticas y física. Su primer nombramiento es al Liceo de Niñas de Puerto Montt, realizando las dos menciones, y a la Escuela Industrial de la misma ciudad, mención matemáticas. En 1945 es trasladada a la Escuela Industrial de Pesca de Talcahuano. En 1946 es enviada a ejercer al Liceo de Niñas de Linares.
A finales de 1959 postula a la primera Escuela Agrícola Femenina Fiscal, postulación que fue aprobada en junio de 1960 y que por Decreto Supremo se le confiere la dirección de dicho establecimiento. Es así como en ese mismo año, el 12 de septiembre, se abren no sólo las puertas del colegio sino también sus brazos para acoger a un grupo de niñas-adolescentes venidas desde los más recónditos lugares de nuestro país.

En 1962 Felícitas Klimpel en su libro "La mujer chilena: el aporte femenino al progreso de Chile 1910-1960" destaca la gestión de la señora Marta en la implementación de la primera Escuela Agrícola Superior Femenina de Chile, emplazada en Yerbas Buenas:

"Sólo en el año 1959 ha podido hacerse realidad la enseñanza agrícola para la mujer. La única Escuela que existe en el país, Escuela Agrícola Femenina de Yerbas Buenas -Linares- contó en su primer año de vida con 80 alumnas y en la actualidad tiene 110. Las alumnas son internas, becadas por el Ministerio de Educación.
Para ingresar a esta Escuela sólo se requiere la preparación de 6° año primario. Después de tres años de estudios se adquiere el título de Auxiliar Campesina. Es Directora de la Escuela Agrícola Femenina de Yerbas Buenas, la señora Marta Martínez Cruz, quien ha desarrollado en el transcurso de los dos años de existencia de dicha Escuela una notable y eficiente labor."

La Escuela, en pocos años, adquirió protagonismo en la comunidad yerbabuenina, e impacto a nivel nacional. Por lo mismo, no estuvo ajena a los acontecimientos históricos traumáticos del siglo pasado. En los testimonios de las primeras egresadas de la escuela cuentan un episodio vivido en 1973, a un día del aniversario de la escuela, cuando entra parte de la oficialidad de la Escuela de Artillería de Linares revisando y destruyendo libros de la biblioteca, para luego querer dar clases de didáctica. El rechazo de la señora Marta fue tal que sus palabras textuales fueron

"…pueden hacer clases de tiro si lo quieren, pero de didáctica las hago yo porque sigo siendo la Directora".

Ella mostraba su carácter fuerte en todo momento, era reconocida en la comuna por su determinación y exigencia.

"No recuerdo que haya tenido ninguna dificultad con nadie. Ella era chiquitita, pero cuando llegaba, abrían al tiro los ojos. Hasta los coroneles de ejército la respetaban mucho." Así relata don José Patricio Rebolledo Carrera, trabajador de la escuela desde 1963, quien se desempeñaba como maestro de cocina, entre otras labores.

"…ahí llegué yo a trabajar, yo era el único que alojaba ahí. Andaba entremedio de todo el alumnado; los domingos veníamos a misa con ellas, yo estaba a cargo, y tenía turnos los días domingo como inspector. Yo conocí a la señora Marta como Directora de la Escuela Agrícola Femenina, en 1963. Yo era maestro de cocina, donde ella era la jefa del establecimiento, siempre nos relacionábamos con la señora Marta. Esa relación era muy buena. Cuando trabajábamos, trabajábamos todos junto:, profesores, auxiliares, alumnas, todos codo a codo. Con la gente era muy buena, un siete."

Así recuera don José la relación laboral con la señora Marta en la Escuela, y esa característica de su personalidad va dejando huellas en el camino que va recorriendo no sólo con sus trabajadores y alumnas, sino también en su entorno. Su vínculo con la comunidad yerbabuenina tiene relación con su rol como Directora en la Escuela pero además primará, en ese vínculo, el amor que la señora Marta tiene por la educación y por los niños y niñas.

"…le gustaban las fiestas. Un año hicimos una pascua para todos los niños de la comuna. Los recursos los consiguió de la CORA [Corporación de la Reforma Agraria], harina, comida, insumos, todo. Tenía buena producción, trigo, avena, maíz, remolacha, de todo. Ahí trabajaban los jefes técnicos. Se vendía y todo era para el colegio"

En ese vínculo con la comunidad de Yerbas Buenas son recordadas las fiestas de la primavera, donde la Escuela Agrícola tenía presencia importante con sus carros alegóricos, grupos folclóricos, una fiesta muy colorida y que duraba varios días.
"También la señora Marta le gustaba que la Escuela tuviera grupos folclóricos, y había uno, salían a competir y sacaron el primer lugar, Las Golondrinas se llamaban. Participaban sólo mujeres. Las fiestas de la primavera en esos años duraban toda la semana. Todos los días en la tarde se llenaba la plaza. Venían a la Escuela orquestas de Linares, y después a la comuna."

Muchas personas tendrán recuerdos importantes en torno a la figura de la señora Marta Martínez Cruz, pero por ahora compartimos con ustedes estos testimonios que las exalumnas pioneras dejaron para las nuevas generaciones, además de la narración de don José, quien desinteresadamente quiso compartirnos sus relatos.

Llegará nuevamente el tiempo de los abrazos y ahí proponemos nuevas reuniones para compartir y atesorar testimonios vinculados con la vida y obra de esta gran mujer, que definitivamente ha quedado en nuestra historia yerbabuenina y nacional.

Antes de finalizar esta cápsula de la memoria debemos agradecer la tremenda generosidad de las exalumnas de la Escuela Agrícola Superior Femenina por compartir sus testimonios del cual se extrajeron gran parte de los relatos compartidos en esta oportunidad, y quienes describen el inicio de esa aventura educacional de manera muy poética:
"Era un dorado y tibio día de primavera, cuando se desplegaron las alas para emprender el vuelo hacia el conocimiento."

Bibliografía
Cifuentes, Ester. Egresada de Técnico Agrícola, 1960-1967. Testimonio de las primeras egresadas cómo Técnicos de la Escuela Agrícola Superior Femenina de Yerbas Buenas. 2010.