Nace un Museo en la comuna de Yerbas Buenas
Desde los inicios del siglo XX se registran los primeros intentos de otorgar a la casa que hoy alberga el Museo Histórico de Yerbas Buenas el valor patrimonial innegable que posee. Esto lo podemos evidenciar en la reciente investigación del historiador Waldo Vila acerca de la celebración del centenario de la Sorpresa de Yerbas Buenas , donde afirma: "La conmemoración de la batalla de Yerbas Buenas en 1913 trajo consigo un intenso proceso de celebración histórica en este pequeño poblado de la Región del Maule y, como resultado inmediato, abrió el debate sobre la recuperación del inmueble que actualmente cobija al museo de la localidad."
En dicha conmemoración autoridades y vecinos de la comuna, junto con otros proyectos y anhelos de progreso, se proponen recuperar la casa que se encontraba deteriorada por el paso del tiempo, pero que aún mantenía las huellas de lo que fue el primer enfrentamiento militar entre patriotas y realistas por haber sido el escenario natural de esta batalla y por albergar esa noche del 27 de abril de 1813 al Brigadier Antonio Pareja, máxima autoridad militar al mando del ejército Realista.
Ubicada en el centro de Yerbas Buenas, la casa comienza a adquirir valor simbólico para la comunidad. Si bien no logra ser recuperada con motivo de los adelantos que se implementaron con el centenario de la batalla en el año 1913, porque los recursos de que disponía el Municipio no alcanzaban para concretar este anhelo, sí quedó instalada en el imaginario colectivo de los yerbabueninos la idea de transformarla en un lugar que recordara la batalla y los elementos de la historia local. Es en este momento histórico que se comienza a gestar la idea de montar en esta edificación un Museo para la comuna.
En la investigación de Waldo Vila indicada anteriormente, el autor manifiesta que "La propuesta terminó siendo una de las pocas que quedó pendiente: «Efectivamente que habría sido buen número del programa de 1913 uno que contuviera la entrega de la casa al Municipio y su inauguración como base de un museo público», comentó el párroco Reinaldo Muñoz, principal cronista de las celebraciones, observando sin embargo que la idea quedaba «insinuada» para el futuro y expresando su deseo de que algún día se hiciese realidad."
La idea quedó en los pendientes de las autoridades y vecinos de ese entonces, porque, como señala Vila, "…Yerbas Buenas puso tempranamente en valor su patrimonio histórico, impulsando acciones como la preservación de la casa que actualmente cobija el Museo Histórico de la localidad, por medio de las cuales se conserva la rica tradición y memoria del campo chileno". Estas acciones se fueron concretando a mediados del siglo XX, si bien la casa mantenía las mismas condiciones de abandono y deterioro, ocurre que vecinos y autoridades locales lograron reivindicar la importancia de poner en resguardo la casa por parte de la Municipalidad.
Así lo expresa en su libro María Elba Gálvez Moreno: "Esta casa, construida posiblemente a fines del siglo XVIII, pertenecía en época de la Patria Vieja a la familia Contreras, cuya sucesión conservó la propiedad por más de un siglo, para luego ser transferida sucesivamente a varios propietarios, hasta que el 05 de junio de 1942, el propietario del inmueble, don Francisco Campos la vendió a la Ilustre Municipalidad de Yerbas Buenas por la suma de $15.000.-, durante la gestión edilicia del alcalde Alfonso Astete Díaz."
La intención del edil, en esos años (1942), era pasar la casa a manos municipales para lograr su conservación y posterior puesta en valor dada su enorme riqueza patrimonial, tanto por las características coloniales de su construcción como por ser testigo de una de las batallas de la Independencia. Sin embargo, después de este acontecimiento la casa continúa en abandono siendo utilizada con distintos propósitos, especialmente como bodega, lo que tampoco contribuye a su conservación; pero esta situación cambiará cuando finalmente la Municipalidad la entrega en comodato a la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos.
A continuación compartimos con ustedes el relato que hace la ex Directora del Museo de estos acontecimientos, de cómo se concreta en Yerbas Buenas este gran proyecto patrimonial como es el Museo.
"Pasarían más de veinticinco años, para que Pedro Olmos, Conservador del Museo de Arte y Artesanía de Linares, viajara a Yerbas Buenas, en el año 1969, junto a su amigo Roque Esteban Scarpa, Director Nacional de Bibliotecas, Archivos y Museos, quienes caminando por las calles de este histórico pueblo llegaron a la Casa del Brigadier Pareja, reconocida con este nombre por los hechos históricos que sucedieron en ella. Visitantes que quedaron grandemente impresionados por el nivel de conservación en que se encontraba y especialmente por el hecho de que a pesar de los innumerables fenómenos naturales, sismos y poca mantención del edificio, éste aún se mantuviera en pie, mal traído, pero en pie. Todo lo cual motivó a don Pedro Olmos a iniciar una empresa de restauración del inmueble, para lo cual contó con el apoyo del señor Scarpa. Desde ese momento, se iniciaron intensos períodos de viajes, de reuniones, de comunicaciones entre autoridades, etc., todas ellas con el objeto de preparar los trabajos a realizar, para convertir al abandonado inmueble, en un museo, en el Museo Histórico de Yerbas Buenas.
En efecto, tal como doña Emma Jauch, destacada artista de la región y cónyuge de Olmos, cuenta en una revista de la Universidad Católica de Talca, señalando que "…un soleado mediodía del otoño de 1970, en un almuerzo muy criollo que tuvo lugar en la casa de unas cordiales vecinas, Las Chancaquitas, se firmó el Comodato entre la Ilustre Municipalidad de Yerbas Buenas, representada por su Alcalde titular Marcial Cáceres, y Roque Esteban Scarpa, Director de Bibliotecas, Archivos y Museos. Estuvieron además presentes en la ceremonia los conservadores de los Museos de Concepción, Eduardo Brousse; del Araucano de Cañete, Fernando Brousse; de Arte y Artesanía de Linares, Pedro Olmos.
La envidiable memoria de don Marcial Cáceres, permite hoy conocer el menú de ese memorable e histórico almuerzo, el cual consistió en: aperitivo: chicha con harina; entrada: arrollado huaso; plato fuerte: cazuela de ave con chuchoca y longanizas con papas cocidas, pan amasado y pebre; postre: picarones pasados; trago: vinos de la zona; bajativo: agua ardiente.
Comodato mediante el cual la entidad edilicia entregó a la DIBAM el inmueble en comento, a objeto de crear en él la Biblioteca Pública Nº 20 y el Museo Histórico de Yerbas Buenas, destinado especialmente a conmemorar los acontecimientos histórico-militares que tuvieron como escenario la localidad de Yerbas Buenas, en los días de la Independencia.
En su artículo, doña Emma Jauch, continúa señalando que "…empezaron los verdaderos trabajos y los tropiezos que dilataban la obra, que la casa estaba en realidad en muy mal estado de conservación, desmejorada por un par de inviernos excesivamente lluviosos. Los temporales o torcidas intenciones, abrieron en cierto momento un boquete en el techo, tal vez, a la espera de que, derruida la vieja Casa del Brigadier Pareja, se construyera otra moderna de fierro y cemento, y que en la aventura, o desventura, hubo que recubrirla con el nylon que facilitó René Gidi, para evitar mayores deterioros. Por lo que la casa histórica se asemejó por meses a un gigantesco bombón o un extraño paquete de regalo. Ese mismo problema obligó a cambiar parte del lado norte del corredor, a mano izquierda, que empezó a ceder hacia fuera; personal del Museo de Linares debió correr para reforzarlo con una malla de gallinero... El techo de coligue, tan característico, en gran parte necesitaba reemplazo. No fue tarea fácil conseguir el material de repuesto, pensando siempre en no falsear la restauración. Algunos historiadores viajaron especialmente a Yerbas Buenas para asegurar, con su consejo, una fidedigna restauración, los que consideraron adecuada la instalación de luz eléctrica. Los ya casi inexistentes ladrillos originales del piso fueron reemplazados por ladrillos de "Las Obras" de Linares. Es importante destacar el ingenioso sistema de trabas de las vigas de la construcción, que sin lugar a dudas, fue lo que contribuyó a su sobrevivencia a través de los años y temblores.
Toda esta restauración, se realizó con un celo extraordinario a fin de mantener intacta la mayor parte de la construcción general. Los trabajos avanzaban lentamente, hasta que el nombramiento de don Roberto Hiribarren Eyheramendy como Alcalde de Yerbas Buenas, le dio el empuje final y necesario, para terminar con esta importante obra. Así lo testimonian la autora de este libro y Directora del museo, quien junto a René Eduardo Rodríguez González, fueron los funcionarios fundadores del Museo Histórico y Biblioteca Pública Nº 20 de Yerbas Buenas y vivieron en carne propia las dificultades que implicó poner en marcha este proyecto. La trascendental y decisiva gestión de don Roberto Hiribarren y su esposa, permitió que la restauración finalizara, gestionando personalmente el avance de las obras e incluso proporcionando personal municipal para el desarrollo de las mismas y aportando muchas veces con su propio peculio, al financiamiento de los actos de recepción de las autoridades y expertos que llegaban a supervisarlas. Otro de sus aciertos fue sin lugar a duda, procurar que este nuevo servicio fuera dependiente directo de la Dibam, para que así pudiera tener independencia y apoyo económico desde Santiago.
Así llegó el día de este ansiado sueño, la inauguración de la Casa del Brigadier Pareja como Museo Histórico y Biblioteca Pública Nº 20 de Yerbas Buenas, el día viernes 29 de octubre de 1976. La ceremonia que comenzó al mediodía y se desarrolló en el frontis del Museo, fue presidida por el Director de la Dibam, don Roque Esteban Scarpa, y contó con la presencia de innumerables autoridades provinciales, regionales y nacionales, y con la asistencia del Embajador de España, don Emilio Beladiez Navarro, huésped de honor, quien izó la bandera chilena y la bandera de España, en señal de unidad, en virtud de la designación del museo como Casa del Brigadier Español don Antonio Pareja. Entre los presentes se encontraban el Intendente de la Región del Maule, Coronel Félix Cabeza, el Gobernador Provincial, Coronel Washington García Escobar, el Alcalde de Linares, Luis Navarrete Carvacho, el Obispo de Linares, Monseñor Augusto Salinas, el Conservador del Museo de Linares y su esposa Emma Jauch, el Presidente del Grupo Literario Ancoa, Manuel Francisco Mesa Seco, el Pintor Francisco Leiva Mella y su señora doña Aida Marín Valdés, el ex Alcalde de Yerbas Buenas y docente del Liceo Agrícola de Yerbas Buenas, Alfonso Astete Díaz, el párroco de la comuna, Padre Antonio Van Geffen, Patricio Toro, Francisco Azócar Bobadilla, la Directora de la Biblioteca Pública Nº 8 de Linares, Ángela Gidi Hassi, Jorge Reeves, Patricio Puelma, Cecilia Correa, el corresponsal Patricio González, los funcionarios fundadores del Museo y Biblioteca e innumerables vecinos de Yerbas Buenas y de Linares."
Con este hermoso relato de aquella inolvidable inauguración, esperamos haber dado cuenta de la historia de la casa que hoy alberga el Museo Histórico de Yerbas Buenas, que hoy después de tantos años sigue siendo la evidencia de ese pasado glorioso y que ha hecho de su misión institucional el espejo del anhelo y las aspiraciones de esos primeros yerbabueninos que hacia el 1913 querían recuperar el inmueble para conmemorar por siempre las glorias vividas en él.
Sabemos que muchos de nuestros lectores aún conservan recuerdos, anécdotas e historias en torno al nacimiento de nuestro Museo; la invitación queda extendida para que las compartan con nosotros por este u otro medio. La intención que nos mueve es mantenernos unidos como comunidad, especialmente en el contexto que vivimos, y poner en valor las experiencias que nos vinculan con nuestra historia.
La invitación es a seguir revisando las plataformas virtuales del Museo y participar activamente.
Bibliografía
Gálvez Moreno, María Elba. Yerbas Buenas: Un encuentro con nuestra historia. 2000.
Vila, Waldo, «¡Hoy, Yerbas Buenas, te saludo!». Desarrollo y repercusiones de las celebraciones del centenario de la batalla de Yerbas Buenas, 1913. 2019.